Secreto

No le digan a nadie…
Pero el tiempo está vivo,
y la carne está corriendo.
El bus está prendido
y la televisión no para…

No le digan a nadie…
pero sobre el sol,
sobre su esquina más redonda y recóndita,
nació un destellito,
un destellito… chiquito y bonito.

No le digan a nadie…
pero el otro día bajé por las escaleras de mi casa,
y terminé en el techo…!!??
…pero entonces tuve la oportunidad de ver aquello…
el arcoiris gris de la Perestroyka muerta en San Salvador.

Aquella flor gris, color verde muerto,
me sonrió misteriosamente al atardecer,
y entonces desapareció de mi vista…
¡Para volver a aparecer al día siguiente, por supuesto!

No le digan a nadie…
pero después, cuando por fin pude bajar de la casa,
fui a comprar la canasta básica para la semana,
pero inexplicable y confundidamente,
volví sólo con frijóles, arroz y tortillas…

…Y sin embargo, la flota náutica naufragada de los sansalvadoreños,
ha vuelto a olvidar el recuerdo de su podredumbre,
aquel recuerdo agrio de su podredumbre,
aquella podredumbre envuelta en el recuerdo.

… pero ya, en un plan optimista,
recuerdo cuando en aquel invierno en el que nevó mucho en San Salvador,
la gente reía y cantaba,
lloraba y volaba, feliz y alegre por ella:
¡¡la esperanza!!

La esperanza… madre e hija
de aquel invierno náutico naufragado,
también fue borrada de los ojos sansalvadoreños.

No le digan a nadie…
pero la esperanza renacerá…
¿a dónde creen…?
… pues en el destellito…


Datos

Fecha

finales de 2002

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